2 de julio de 2023. 12:15 de la mañana, empezando el resistiero en el paseo de Andalucía de Villanueva de Córdoba.

Vuelvo a casa, pensando, recapitulando lo vivido. Escribo esto entre emociones encontradas, por un lado la desilusión ante las expectativas, la decepción por el resultado y el desengaño  (aunque casi todos los presentes y ausentes sabíamos que sería así) ante el fracaso de la nueva oportunidad perdida. Pero aún quedan los rescoldos de un optimismo cada vez más menguado. Porque, si las sabes buscar, aún quedan razones para ello. Aún queda esperanza.

Hoy, pese a todo, hay que buscar la esperanza en la fallida concentración híbrida para reclamar más paradas de tren, agua en los grifos, agua potable en las bocas y «carreteras con arcén». Y la encuentro en los pequeños, pocos, que agitaban al viento las banderas tras los oradores. Pero sobre todo la encuentro en las doscientas y pico personas que, pese a todo, aún perseveran en reclamar lo que esta tierra necesita. Valientes y perseverantes. Pero pocos. 

Las señales no son buenas, para qué negarlo. Casi no encontré jóvenes entre los acalorados asistentes. La gran mayoría eran personas mayores, de cincuenta y tantos para arriba. Gente con su vida resuelta, pero con el orgullo intacto, henchido al saber que la razón está de nuestra parte. 

La organización tampoco estuvo a la altura. Una pancarta remendada, dos altavoces auxiliares que eran incapaces de transmitir lo dicho a veinte metros del estrado y una escenificación de políticos a la sombra y el pueblo llano al solano. No aprendemos. Qué decir de los políticos, ni estaban todos los que son, ni son todos los que estaban. 

Tampoco la presencia de medios desbordó las expectativas. Sólo medios locales, comarcales (quizá una cámara pequeña de Canal Sur).

Pero la esperanza… si, estaba con la esperanza…

Mi mayor esperanza es que lo del domingo, con el debido respeto a los organizadores, sólo sea un simulacro del inicio de la lucha, una primera piedra por un levantamiento general, ordenado, consistente y persistente. Hoy me niego a creer que la imagen vista en Villanueva sea la imagen real de Los Pedroches (aunque cierto es que, si aplicamos una óptica berlanguiana, pudiera parecerlo).

Sólo espero que aprendamos de los errores y rebusquemos en los aciertos del pasado. No se puede volver a repetir una convocatoria con unos convocantes tan disminuidos, faltos de apoyo y desvertebrados. No podemos volver a dar la palabra a los políticos (por más que se agradezcan las adhesiones). No podemos olvidarnos del Guadiato, tan olvidado o más si cabe que Los Pedroches. No podemos dar una imagen tan lastimera y débil. No, no, NO. NO

Sólo recuerdo dos momentos de unidad y éxito en Los Pedroches: La manifestación de 1988 en Pozoblanco por el hospital, con TODOS los Alcaldes encerrados y las concentraciones anticementerio nuclear en 1996 y siguientes. Ya ha llovido. Bueno, tampoco tanto, por desgracia.

Hoy conocemos que hay iniciativas ciudadanas en Facebook para hacer frente al abandono. No sé si tendrán éxito, aunque temo que no. Lo que si sé es que la fórmula que propició que una muchedumbre colapsara la carretera de Hinojosa a Belalcázar en 1996, puede replicarse hoy. Una coordinadora independiente, apoyada por los Ayuntamientos de los 28 pueblos abandonados del norte de la provincia de Córdoba. Vertebrada en 28 representaciones locales, a la que todos los sectores sociales presten su apoyo y se vean representados. Ese es el camino, no hay otro.

Preparemos, más pronto que tarde, un gran festival. No sé, quizás en el mismo lugar que el Slow Music de Pozoblanco. Animemos a todos los artistas del norte de Córdoba a acudir. Que los Ayuntamientos pongan una hucha común. Hagamos una fiesta lúdica y combativa. Integradora y contestataria. Todos juntos, muchos, no serán todos, claro que no, pero que sean muchos. Con mucha infraestructura, con muchos medios, con mucha gente de todas las edades.

Pero eso necesita algo más de tiempo. Yo me permito mientras, hacer camino con una propuesta fácil, cómoda, gratuita y demoledora: No votar este 23 de julio. Que nadie en el norte de Córdoba acuda a las urnas. Que no voten a ningún partido, a ninguno. Porque en estas décadas, NINGUNO ha querido dar solución a esta tierra marginada, olvidada y castigada. 

#El23JNoVotes