A Luci Naciones

17 de Enero de 2014

Querida Luci:

Acaban de pasar los Reyes Magos y pienso que es una suerte que sólo las niñas y los niños crean en ellos. Los mayores ya tenemos bastante con la telenovela, el partido, los telediarios y aprender a usar el Whatsapp. No nos queda tiempo para creer y, mucho menos, para escribir cartas a sus majestades. Sin embargo, redactar epístolas (que es lo mismo que escribir cartas pero dicho en tono pedante) es un ejercicio muy saludable para la mente, aunque dichas cartas no pasen de ser meras a-luci-naciones.

Te decía que es una suerte que sólo los pequeños crean en los reyes porque, de esa forma, lo que se les pide a Melchor, Gaspar y Baltasar (así, a secas, sin don ni usted ni vuecencia ni nada de nada, en confianza. ¡Campechanía!, como con los borbones) suelen ser cosas razonables. La gente menuda, después del saludo y los preámbulos: “…he sido bueno, acordaos también de los otros niños,…” (Esa parte se la dictan los padres y las madres para guardar las formas) elaboran sin pudor, sin orden ni concierto, su listado de peticiones.

Es la parte auténtica de la carta (si la hubiera pillado Freíd, nos escribe el tío un nuevo tratado sobre los sueños… infantiles) ahí va toda la psicología, la sociología, la cosmogonía, las patologías y hasta un pelín de las tonterías (que todo es necesario) de los seres humanos. ¡Eso son cartas y no las que yo te escribo!  Menos mal que los reyes tienen pajes (y, supongo, que becarios y contratados a media jornada) para preparar los pedidos. Cómo organizar las peticiones si las cartas no guardan ni orden alfabético ni de los precios ni de las categorías ni de la edad ni el sexo… Estarán todo el día con aquello de ¡Vamos a organizarnos!

Las listas que se elaboran en la infancia son así. He referido, más de una vez, que en un trabajo de clase en el que se pedía a los escolares que enumeraran objetos que hay en un colegio, (te aseguro que es un caso verídico) pude leer: “… lápiz, goma, “saca”, … váter, maestros, papeleras, … y “retuladores”. ¡“Tos” en el mismo saco! Estas listas nos ponen en nuestro sitio y si los maestros nos habíamos pensado que con la LODE y la LOMCE y la doce y la trece,… éramos más que nadie, ahí está nuestro querido alumnado para colocarnos en el lugar que nos corresponde, entre el váter y la papelera. Aunque, bien mirado, aquel chaval nos sitúo en medio de dos elementos indispensables, en cualquier colegio que se precie. A esta gente es que no se les escapa ni una, que diría “su abuela del niño”.

Querida Luci, ya sé que a muchos les habrán traído los calcetines, bragas y calzoncillos que nunca se piden porque total acaban cayendo y a los niños y niñas, los juguetes no sexistas, no bélicos, educativos y ¡el último grito!: juguetes bilingües. Todo lo que se precie de moderno ha de ser bilingüe. A mí, este año, como ya soy una persona mayor, sólo me han traído cosas prácticas y, entre ellas, varias “puestas en mi sitio” que -no se me ha caído el pelo porque ya es imposible- me sientan como un guante. ¿Cómo conocerán los reyes el tallaje de cada uno?… Espero que me duren y que no se les acaben las pilas traicioneras, en mucho tiempo.

Atentamente,

Juan Bautista Escribano Cabrera.