El viernes los medios de comunicación acudíamos a conocer el dictamen emitido por la Asamblea del CDeI para nombrar al candidato para las elecciones municipales del próximo mes de mayo. Lo hacíamos con el convencimiento de que era casi imposible que hubiera sorpresas y ante la facilidad del caso acertamos en nuestros pronósticos y Benito García fue proclamado candidato para las municipales. Los medios nos hicimos eco de la decisión de la militancia de un partido que sigue confiando en Benito García de manera aplastante, aunque repasando los datos de 2010 vemos que por aquel entonces el respaldo de la militancia alcanzó el 98,82 por ciento, ante el 86,44 por ciento de esta ocasión. Una variación porcentual de doce puntos que, sin embargo, no pone en duda el apoyo con el que cuenta Benito García.

Las dudas vienen por el discurso posterior que dejó entrever los derroteros por donde irá la campaña electoral, por mucho que el líder del CDeI quisiera poner sobre la mesa que su intención prioritaria será hacer partícipe a la ciudadanía de su programa electoral. Cuestionado sobre sus primeras palabras como candidato a la militancia, García expuso que «he hecho un ligero repaso sobre lo tortuosa que está siendo esta legislatura, muy tortuosa, muy difícil, casi imposible, clarificando sin ningún pudor las dificultades que CDeI está teniendo en el ámbito de gobierno. Hemos dejado claro que de haber sido otra la situación probablemente se hubiesen desarrollado muchas más actuaciones, pero hemos encontrado muchas dificultades para ponerlas en marcha por voluntades ajenas. Llegará en su momento en la campaña que hablaremos de todo esto con detenimiento».

Siguiendo ese discurso y ante otra pregunta, el recién proclamado candidato afirmó que «los ciudadanos no perdona lo mal hecho y en estos tres años y medio que llevamos de legislatura se han hecho muchas cosas mal, muy mal, ni a conciencia se podrían haber hecho tan mal. Ha habido una desidia en la administración pública inconmensurable, zancadillas permanentes cuando hemos planteado posibilidades de desarrollo y eso al final no ha sido bueno ni para Pozoblanco ni para nadie». Avanzando un poco más, García reconoció que «he trasladado a la militancia el mayor error de estos años, el no habernos marchado del gobierno en el momento que se nos traicionó internamente como partido y Pablo Carrillo aprovechó la coyuntura para crear una situación infranqueable que solo le iba a beneficiar a él y que creo que va a dar con él y su partido en el suelo. Si volviese a ocurrir al día siguiente presentaría mi dimisión, pero no lo hicimos por responsabilidad, no queríamos huir».

Unas declaraciones que dejan entrever que se presenta una campaña dura y ante la que el CDeI tiene un hándicap, salirse de esa desidia en la administración pública, en la gestión, una inacción de la que ha sido parte por estar formando parte del equipo de gobierno. Y ante la pregunta de ese bagaje negativo a sus espaldas y la forma de solucionarlo y/0 explicarlo, García alegó que «no tengo ningún problema en asumir nuestra responsabilidad en ciertas cosas, pero si nos hemos mantenido no ha sido por beneficio personal, sino por responsabilidad y quien nos conoce sabe que es verdad. Ha sido muy difícil convivir, ha sido imposible convivir con estos señores. ¿Si la campaña va a ser dura? Eso no va a depender de nosotros, mi intención inicial es explicar nuestro programa y explicar cómo remodelar este Ayuntamiento, que no funciona o que no lo hace como debería. Si va a haber tensión dependerá de cómo la afronten los demás y hay alguien que se dedica a hacer una campaña machacando al contrario tendrá su respuesta, pero nuestra idea inicial es no perder el tiempo en eso».

Perdonen que haya rescatado estas declaraciones en un artículo que pretende profundizar en algo más que las meras palabras recogidas de una comparecencia ante los medios de comunicación, pero las considero de vital importancia. Y es que la campaña del CDeI irá, por más que le pese a Benito García, por el camino que le desligue de un gobierno que ha demostrado su incapacidad para sacar proyectos hacia delante. Me creo al líder del CDeI cuando dice que el Ayuntamiento no funciona como debería, pero no me creo que me lo cuente cuando la acción de gobierno pasa a un segundo plano y hay que revalidar los resultados electorales. Me gustaría que en las múltiples ocasiones en las que ha sido cuestionado, por ejemplo, por la tardanza en la redacción de los pliegos de condiciones de las obras que deberían estar acabadas a estas alturas y no empezando, nos hubiera contestado el nombre o nombres de las personas responsables y no se hubiera limitado a echar balones fuera y decir que son cuestiones técnicas.

Benito García y el CDeI al completo son tan responsables, por ejemplo, de la no ejecución de los presupuestos municipales como lo son Pablo Carrillo y el PSOE, más que nada porque hay un documento por ahí con su rúbrica estampada en el acuerdo que se firmó a tres bandas con el Partido Andalucista. No me vale que me cuenten los entresijos de un pacto de gobierno, cuyo destino estaba escrito desde sus albores, cuando hay que buscar votos para poder volver a ser la llave y mientras tanto se haya defendido que se seguía trabajando, con dificultades pero con normalidad. Benito García se contradijo dos veces durante su discurso, la primera al avanzar que habrá tiempo en la campaña para sacar los trapos sucios con «detenimiento» para poco después decir que si esos trapos se lavan fuera -los que no se han sacado ya- dependerá de la estrategia del resto porque su idea inicial es «no perder el tiempo en eso». En eso no me creo a Benito García simplemente porque creo, firmemente, que la trayectoria del CDeI está íntimamente ligada al daño que le pueda hacer al PSOE, es decir, a bajar al subsuelo, a sacar a relucir las malas artes del contrario, a volver a colocarse en el papel de he querido y no he podido y ahí Benito García se crece, no tiene rival. La cuestión está en saber si esta vez la estrategia le valdrá, hace cuatro años lo bordó y la ciudadanía lo respaldó. La segunda contradicción de Benito García se produce a la hora de hablar de desidia, de inoperancia, cuando llevamos escuchando desde hace casi dos años que el 60 por ciento del programa electoral había sido ejecutado. No me cuadra una cosa con la otra.

No tengo nada en contra del CDeI, por mucho que algunos miembros de ese partido se empeñen en decir lo contrario, pero no compro el argumento de nosotros somos los buenos y el resto los malos, nosotros hemos hecho lo que hemos podido, pero ahora tenemos claro que deberíamos habernos ido. Ese análisis hay que hacerlo antes, cuando no hay nada en juego, más allá de seguir donde estamos. Igual tengo una concepción demasiada idealizada de los valores que deberían regir la vida pública, pero cuando uno no cumple con las expectativas de quienes han depositado su confianza en él lo mejor es pedir perdón, recoger los bártulos y entonar el mea culpa. Puede ser que el CDeI no haya traicionado la confianza de nadie, pero sí ha demostrado que no ha sido parte de la solución, sino del problema. No me creo que la desidia, la inoperancia y todo lo malo en el Ayuntamiento venga solo de una parte, no solo no me lo creo, sino que me consta que no es la realidad y las formas tanto del PSOE como del CDeI en ese sentido, unas veces por acciones directas y otras por la incapacidad para imponer la acción política a la técnica, son responsables de una legislatura en la que poco se ha hecho por Pozoblanco.

Ahora que cada uno se pelee con sus armas, que cada partido ponga sobre la mesa lo que considere oportuno y bienvenidos a todos a una campaña que se presente mucho más que apasionante. El CDeI, por el momento, ya ha dado a conocer su primer aval, una amplia confianza de su militancia por un camino, que visto lo visto, es todo un logro.